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martes, 17 de abril de 2012

LAS ENSEÑANZAS SECRETAS DEL MARTINISMO, por Jean-Marc Vivenza

   Tal como nos dice el autor, “el Martinismo es, con toda evidencia, y ello contando a partir de la época del siglo XVIII, en que se desarrolló y expresó apoyándose en sus propias convicciones…, una escuela secreta de perfeccionamiento y descubrimiento de las leyes ocultas que gobiernan el mundo sensible, y que recíprocamente rigen silenciosamente aquellas que no lo son. […] es al mismo tiempo… un maravilloso crisol transformador, un formidable instrumento de realización, una exigente herramienta de ‘conversión’ para que sean anunciadas, en la renuncia a uno mismo y el aniquilamiento voluntario, la Gloria de Dios y los misterios de la inaccesible divinidad”. “Por desconcertante y sorprendente que esta afirmación pueda suponer, el Martinismo no es una Orden, una estructura o una organización; es un espíritu y una obra, una pura e intensa celebración…” “Esta obra, es decir, la obra Martinista por excelencia, tiene necesidad, por razón de su naturaleza, de seres singulares destinados al santo sacrificio, de hombres de «deseo» pudiendo darse y dedicarse, por entero, al servicio del Santuario, […] es decir, un culto animado por los fieles y sinceros «Servidores Desconocidos» del que el Altísimo pide sus votos; rito sacrificador de inmolación y expiación transmitido por los justos y los Profetas, desde Abel, Enoc, Elías y Noé, pasando por Moisés, Josué y Zorobabel, preservado hasta nuestros días por los elegidos del Señor, rito que debe realmente ser presidido por los sacerdotes del nuevo Templo, reedificado místicamente, y en consecuencia no perceptible a los ojos carnales, iluminado solamente por la inefable Presencia del Divino Maestro y Reparador, el Cristo Jesús, el Mesías, Nuestro Soberano Redentor: יהשוה (Ieshuah)” (Conclusión).

   Este culto, cuyo origen se remonta a la noche de los tiempos, al mismo momento de la caída de Adan y su posterior reconciliación con el Eterno, ha sido transmitido por los elegidos del Señor y perfeccionado por el Cristo para la Reintegración del ser humano en su originario estado glorioso. La iniciación Martinista, cuya esencia se halla en este culto primitivo, y podemos decir que toda iniciación verdadera, no tiene otro objeto que el de “recordar” al ser caído cuál es su verdadero origen, su situación actual y su destino, y mostrarle las herramientas a su alcance para “restaurar” aquello que por su naturaleza divina le corresponde y que perdió tras la caída. “La palabra ‘iniciar’ -escribe Saint-Martin-, en su etimología quiere decir acercar, unir al principio: la palabra initium significa tanto principio como comienzo”. Es así, añade, porque el objeto de la iniciación “es anular la distancia que se encuentra entre la luz y el hombre, o de acercarlo a su principio restableciéndolo en el mismo estado en el que se encontraba en el principio” (Tabla Natural).

   La doctrina Martinista recoge pues los fundamentos “que verdaderamente propone este camino iniciático, absolutamente original en el seno del esoterismo cristiano del que fue, y lo sigue siendo, incontestablemente, una de las más altas formas de expresión” (Conclusión). Esta doctrina, recogida en el Tratado de la Reintegración de los seres de Martinès de Pasqually, desarrollada con sensibilidad propia por sus dos principales discípulos, Louis-Claude de Saint-Martin y Jean Baptiste Willermoz, se esboza de forma clara en la presente obra ofreciendo al lector una guía de inestimable valor, un manual que se impone como reflexión previa a todo ‘Hombre de Deseo’ que comienza a ‘despertar’, una brújula que orientará su estudio y su trabajo iniciático, dado el caso, para discernir mejor desde un principio “las vías que le son abiertas”.

   Sea a través de la iniciación masónica del Régimen Escocés Rectificado, de la teúrgia de los Élus Cohen o de la ‘vía cardiaca’ de Saint-Martin, Jean Marc-Vivenza enfatiza en esta obra los principios fundamentales que ligaban fuertemente al Maestro Pasqually y a sus dos discípulos notables en un objetivo común, “que no era otro que el cumplimiento efectivo de la obra preparatoria y sagrada de «reconciliación», misión, deber y valor del hombre regenerado, del «hombre Nuevo» deseoso de aproximarse al Santuario de la Divinidad. […] estos tres maestros pues, hablan con una sola voz, participando de la misma visión, admitiendo parecidos principios ante cuestiones centrales y revindicando, al mismo tiempo y de manera conjunta, posiciones comparables sobre los temas más importantes” (Ídem). El mensaje de Vivenza es una llamada a los verdaderos Hombres de Deseo que, en su condición humana, irremediablemente soportan el peso tortuoso de la división, la dispersión y la confusión a la que nos someten continuamente las debilidades y las contingencias del mundo de la materia infectado por el maligno. Ni siquiera las estructuras iniciáticas, por sólidas que parezcan, escapan a este veneno. Es por ello necesario que el espíritu vivifique en todo momento ‘la letra’, para que la forma sirva al espíritu y no que el espíritu se aprisione en la forma, pues el término victorioso de la iniciación conduce al hombre a una resurrección divina, a una verdadera y plena unión con la divinidad, donde el mundo de las formas (representado en masonería por el Templo de Salomón) desaparece porque estas ya cumplieron su función, y el Iniciado accede a un nuevo mundo: la Jerusalén Celeste, la nueva Sión en cuya cumbre se haya el Cordero de Dios Triunfante. Por lo tanto, desde el punto de vista Martinista, “no hay ni puede haber varios «martinismos»; hay hombres diferentes, ambientes distintos, atmósferas y condiciones específicas, por otra parte perfectamente válidas y respetables, pero el Martinismo es «uno», no dividido y no divisible, pues la Verdad que defiende y venera es única” (Ídem).

   Estamos seguros de que el lector, sea o no miembro de una Orden Iniciática, que lea con verdadero ‘deseo’ los fundamentos doctrinales esbozados en esta obra, no será ajeno, en mayor o menor medida, a ese “recuerdo interior” que levanta levemente el velo de la materia para hacernos entrever nuestro verdadero origen, nuestro estado actual y nuestro destino glorioso, esencia y fundamento de toda verdadera iniciación y por tanto de todo despertar espiritual.

   Aquellos que ya han emprendido el sendero de la Iniciación Martinista (sea masónica, teúrgica o cardiaca), encontrarán una guía que les ahorrará tiempo de trabajo para llegar a una mejor comprensión de los textos doctrinales que, como valiosos tesoros espirituales, dejaron los Maestros.

De Templo Salomonis Liber. Eduardo Callaey



Como se suele decir:

A todos los masones que el presente vieren:

   La publicación de De Templo Salomonis Liber y otros textos de Masonería Medieval, es una antigua deuda pendiente que tenía conmigo mismo y con todas las personas -masones y no masones- que han colaborado en el vasto proyecto de dar a conocer el origen específicamente monástico de la masonería. Esta obra, editada en la prestigiosa Colección Martinista de Editorial Manakel (Madrid), completa, o al menos amplía notablemente, el trabajo iniciado cuando publicamos, en 2004, el Ordo laicorum ab monacorum ordine, libro reeditado en 2006 con el título La masonería y sus orígenes cristianos.

   Hasta ese momento no existían más que cabos sueltos respecto de la influencia benedictina en la masonería medieval. En un contexto secularizante, en donde los cristianos son apenas una expresión marginal dentro de la denominada masonería liberal adogmática, la obra fue descalificada a tal extremo que vale la pena citar una anécdota para trazar el marco de la controversia. En una de las tantas “mesas” en las que mi tesis era vapuleada por mis HH. adogmáticos, uno de ellos, actual autoridad de alto nivel en la GLA, cuando ya casi no había argumentos que esgrimir en contra de mi planteo, dijo finalmente: ¿Y cómo puedo estar seguro de que la traducción de estos textos medievales es verdadera? Aunque parezca irrisorio, este H. prefería pensar que quien tenía delante lo estaba engañando antes que aceptar que un monje cristiano había organizado las primeras logias medievales. Evidentemente no se trataba de un H. que debía pulir su Piedra Bruta sino de un H. bruto, pues el latín aún se estudia en escuelas secundarias, es lengua oficial de un Estado y goza de excelente salud en el mundo académico.

   Desde entonces supe que tarde o temprano deberíamos comenzar a publicar, al menos, aquellos textos que nunca habían sido traducidos del latín a lenguas vernáculas. La selección de textos de Beda el Venerable, de Rabano Mauro y de la vida de Wilhelm de Hirschau se deben justamente a eso, pues el resto de las fuentes pueden hallarse en inglés o en español, tal el caso de Teófilo, Honorio de Autum y otros.

   Creo que para quienes han leído Los orígenes cristianos de la francmasonería, este nuevo libro les dará la posibilidad de ver las fuentes y encontrar nuevas relaciones entre los símbolos de la construcción y el Templo de Salomón. Para quienes no han leído los antecedentes, planteo a continuación algunos enunciados a modo de preguntas:

1.- ¿Sabía Ud. que los signos y toques de los distintos oficios nacieron en los monasterios? ¿Sabía que los artesanos que trabajaban en las redes de monasterios medievales daban prueba de su oficio y sus habilidades de acuerdo a estos símbolos? ¿Sabía que estos signos también eran utilizados por los templarios?

2.- ¿Sabía Ud. que fue en el siglo VIII cuando por primera vez se vinculó a los constructores medievales con la historia bíblica de la construcción del Templo de Salomón? ¿Sabía que el autor de este primer documento fue un benedictino inglés -padre de la Historia de Inglaterra- llamado Beda el Venerable?

3.- ¿Sabía Ud. que en el mismo siglo VIII, el mismo monje explicó, por primera vez, en qué consistía cuadrar la piedra bruta? ¿Sabía Ud. que a partir de entonces otros monjes, también benedictinos denominaban a los constructores Homines cuadrati, expresión que puede traducirse como Hombres en escuadra?

4.- ¿Sabía Ud. que el famoso documento denominado Manuscrito Cook está basado en bibliografía escrita por monjes benedictinos?

5.- ¿Sabía Ud. por qué a la Cámara del Medio se la llama del Medio? ¿Se lo explicaron en su logia? Pues bien, los benedictinos sabían por qué se llamaba Cámara del Medio. ¿Sabe por qué? Porque más arriba había otra a la que sólo subían los “Venerables”.

6.- ¿Sabe cuál es el origen de la palabra sagrada del Venerable Maestro? Sí, adivinó. La utilizaban los benedictinos para definir al constructor perfecto.

7.- ¿Sabía que para los benedictinos Adhoniram era la prefiguración del propio Cristo?

8.- ¿Sabía que todos estos documentos escritos entre el siglo VIII y XII están al alcance de su mano, en la Biblioteca más importante de su Ciudad?

9.- ¿Sabía Ud. que las primeras Constituciones que reglamentan los oficios de los constructores fueron escritas en el siglo XI por monjes benedictinos de la Orden Cluniacense?

   Pues bien. Si Ud. es un masón al que no le interesa de dónde proviene toda la simbología y el sentido de su Orden, no pierda tiempo. Para mí da lo mismo que Ud. prefiera creer que a la masonería la inventaron cuatro logias de Londres en el siglo XVIII, o los filósofos del Siglo de las Luces y que es hija de la Ilustración.

   Ahora, si Ud. quiere saber por qué nuestra simbología tiene un origen espiritual, más precisamente judeocristiano, monástico y medieval, lo invito a leer las dos obras que he escrito al respecto: Los orígenes cristianos de la francmasonería (Kier, Buenos Aires, 2006) y esta que ahora presento De Templo Salomonis Liber y otros textos de Masonería Medieval (Manakel, Colección Martinista, Madrid, 2010).

   Puede que Ud. piense -al igual que algunos masones- que estos libros manipulan la historia. Pues bien, en ese caso puede pedirme, directamente, la bibliografía completa y la nómina de fuentes que he utilizado y se la enviaré con gusto, por mail y sin cargo. Luego de contrastar estos documentos le aseguro que Ud. podrá definir, con precisión, si debe otorgarles a los monjes la patente de invención de la simbología masónica o se la dejamos a los filósofos ilustrados del siglo XVIII. Créame, vale la pena sacarse la duda.

   Y si Ud. no es masón, podrá entender que no existe una “Orden” masónica única y universal. Que quienes anuncian a la francmasonería como adogmática y que han suprimido de sus rituales a la Biblia, en realidad esconden un profundo desprecio por la religión -en particular hacia el cristianismo- y que existen numerosas corrientes que aún permanecen firmes a los antiguos deberes, trabajando a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo, custodiando la invalorable herencia iniciática del judeocristianismo.





Réné Guénon y el Régimen Escocés Rectificado, Jean-Marc Vivenza


Sabemos de la profunda y duradera incomprensión de René Guénon (1886-1951) respecto al pensamiento de Martines de Pasqually (1710-1774) y las prácticas observadas por la Orden de los Caballeros Masones Elegidos Coëns del Universo, sus significativas reservas relativas a la teosofía de Louis-Claude de Saint-Martin (1743-1803), y sus vivas críticas hacia Jean-Baptiste Willermoz (1730-1824) y el Rito Escocés Rectificado, posicionamientos y criterios que calarán sus diferentes análisis en cada ocasión que abordará estos temas, y sobre los cuales no juzgó necesario volver sobre ellos.

Esta sorprendente actitud, motivada por oscuros “sentimientos”, subtendida por una inverosímil confusión ante los fundamentos del cristianismo, y sobre todo, por unas muy confusas razones en el plano iniciático, obligaba ineludiblemente a que fuera emprendido un trabajo de clarificación y explicación de lo que condujo a René Guénon, e igualmente a todos aquellos que aún hoy apelan a su obra, a considerar que la doctrina de Martines de Pasqually, la perspectiva teosófica del Filósofo Desconocido y la rectificación elaborada por Jean-Baptiste Willermoz, estaban todas ellas contaminadas por elementos que las descalificaban y excluían de las esferas reservadas a la “Tradición”, mientras que, muy al contrario, esta corriente específica en el seno del esoterismo cristiano, de la que participaban los Elegidos Coëns, la Sociedad de los Íntimos de Saint-Martin y la Francmasonería willermoziana, es sin lugar a dudas la más claramente autorizada en poder revindicar una verdadera autenticidad y profunda fidelidad respecto a lo que las santas Escrituras contemplan como la “verdadera” fuente espiritual del hombre, y designan bajo el nombre de “Divina Tradición”.

Parece pues, que cuando buscamos examinar serenamente las causas que configuran las inexactas afirmaciones de René Guénon, encontramos que ellas reposan sobre el completo desconocimiento de la historia y estructuras propias de la Orden de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa, y en especial, sobre una increíble ignorancia de las enseñanzas originales y doctrina específica que subyace secretamente, pero a la vez congénita y formalmente, en el Régimen Escocés Rectificado.


Teosofía Revelada, Jakob Böhme


Jakob Böhme (1.575-1.624) fue un importante filósofo y gran místico alemán del siglo XVII que basó su poder especulativo en lo que él llamó “iluminación divina”, iluminación secreta a partir de la cual llega al conocimiento del ser íntimo, de Dios y a la raíz del misterio del Universo.

Hijo de un labrador, se estableció muy joven como zapatero. A pesar de su pobre educación, muy pronto destacó por sus profundos conocimientos de la Biblia y de las obras de Paracelso. A partir de 1.612 comenzó a escribir sus propias obras teosóficas, que por su amplitud, profundidad y conocimiento, influyeron notablemente en personajes tan variados como Newton, William Blake e incluso en el mismo pensamiento dialéctico de Hegel.

En esta obra, Teosofía Revelada, Böhme expone, a través de un diálogo entre maestro y discípulo, sus conocimientos teosóficos, místicos y alquímicos. Las antítesis amor-dolor, bien-mal, son resueltas de forma dialéctica, pues si el alma sufre, ya tiene un motivo para amar a su verdadera sustancia y liberarla del dolor. Como fue en un principio, el mal ha de volver a ser el súbdito del bien, y no al contrario. Así también, el cielo y el infierno están dentro de cada persona, manifestándose uno u otro según se esté con la voluntad de Dios o no.


La Llave - Sex Puncta, Jakob Böhme

Editorial Manakel – Colección Martinista


LA LLAVE
o
una explicación de algunos Puntos Principales
y Expresiones de sus Escritos.
Por Jakob Böhme, el Teósofo Teutónico.

UNA ILUSTRACIÓN DE LOS
PRINCIPIOS OCULTOS
DE
JAKOB BÖHME, el Teósofo Teutónico,
EN TRECE FIGURAS,
POR DIONYSIUS ANDREW FREHER

SEX PUNCTA MYSTICA
O
UNA BREVE EXPLICACIÓN DE
LOS SEIS PUNTOS MÍSTICOS
Jakob Böhme, 1.620

ANEXO:
EL HOMBRE,
CLAVE DE TODOS LOS MISTERIOS
La Teosofía según Jacob Boehme y
Louis-Claude de Saint-Martin.
Por Pierre Deghaye.

Jakob Böhme (1575 – 1624), “El Teósofo Alemán” cuya vida creativa abarcó el período Rosacruciano, fue un místico cuyo discernimiento contribuyó mucho para establecer una interpretación espiritual de la alquimia.  De origen humilde, Böhme poseía un alto grado de percepción mística de los mundos espirituales y para expresar sus experiencias interiores decidió revestirlas de términos alquímicos. Tuvo una profunda influencia sobre ideas teológicas y esotéricas, particularmente entre finales del siglo XVII e  inicios del siglo XVIII, y desde entonces, su sistema esotérico-filosófico de la teología continúa inspirando a muchos místicos en los días actuales. Uno de los más inspirados en su obra fue el teósofo de Amboise, Louis-Claude de Saint-Martin, quien redescubriría en ella las claves espirituales del Hombre de Deseo, verdadero aspirante a la iniciación más pura, claves que acompañarían para siempre a la corriente iniciática que denominamos bajo el nombre genérico de Martinismo.

Los escritos de Böhme son de gran extensión y guardan un enorme sistema de ideas, una serie de pensamientos espirituales que no surgieron de la árida intelectualización, sino de su vivencia en comunión con un mundo espiritual.

En sus escritos nos revela un Cristianismo esotérico que con certeza mantiene alguna conexión directa con la corriente Rosa+Cruz que estaba siendo desarrollada contempo-ráneamente con su obra.

Böhme tenía conciencia de la dificultad de sus libros y, consecuentemente, escribió “La Llave” o “Llave para sus obras”, como un resumen de las ideas principales contenidas en su sistema. “La llave” nos provee de una introducción simple a los puntos más importantes de su filosofía y simplifica el acceso a sus obras mayores.


EL MARTINISMO, Jean-Louis de Biasi



CONTENIDO:

Presentación a la edición española
Prólogo a la edición española
Introducción a los Textos Martinistas

1ª Parte: La Tradición Martinista
2ª Parte: Doctrinas Martinistas
3ª Parte: Aspectos del Martinismo Contemporáneo
4ª Parte: El corazón secreto del Martinismo
5ª Parte: Rituales y Prácticas
6ª Parte: Las Órdenes Martinistas contemporáneas
7ª Parte: El Martinismo y la Orden Kabalística de la Rosa+Cruz
ANEXOS
Cuadros de Filiación

    El Martinismo es una Tradición esotérica de Occidente que se transmite silenciosa y desconocida. Nacida en Francia en el siglo XVIIIº impulsada por Martinez de Pasqually, y después por el Filósofo Desconocido Louis-Claude de Saint-Martin, esta iniciación se ha transmitido hasta nuestros días a través de diferentes personajes célebres, como por ejemplo Papus (Dr. Gérard Encausse).

    Abordando su historia, su filosofía, sus relaciones con la Franc-Masonería y la Iglesia, presentamos la Tradición Martinista, la naturaleza de sus Templos y de los trabajos que en ellos se llevan a cabo, descubriendo en esta obra un panorama que jamás ha sido desvelado de una forma tan precisa.

    Una parte importante desvela la ritualística Martinista, mostrando en su integridad ciertos Ritos individuales y de grupo procedentes de Logias de investigación. Otra parte presenta los distintos grupos Martinistas, explicando sus características y sus modos de funcionamiento.


Francmasonería Iluminista, Papus

Martinezismo, Willermozismo, Martinismo y Franc-masonería

ISBN: 978-84-9827-131-7
Precio: 10 E.
192 Páginas
Editorial Manakel


   Esta obra comprende un documento histórico necesario para acercarnos mejor a la forma en que Papús concibió y presentó la Orden Martinista en los albores de su fundación. Ante una masonería racionalista y desorientada con respecto a la profundidad de las verdades espirituales que se ocultan tras el velo de sus símbolos, ocupada en luchas internas de poder y necesitada de ostentaciones materiales nada provechosas al objeto aparente de su búsqueda, se opone la Tradición Martinista marcada por la sobriedad y el anonimato de sus miembros, arraigada en el Iluminismo cristiano a través de las doctrinas de Martinez de Pasqually, Louis-Claude de Saint-Martin y Jakob Böhme.
   Atreverse a dar este nuevo impulso a los principios espirituales del esoterismo cristiano en esta época en el seno de esta Orden de caballería moral, le atrajo exasperados ataques, tanto desde la masonería racionalista como desde el clero que pretendía ver en toda orden iniciática la mano oculta de Satán. En esta obra, Papus se defiende contra aquellos que atacan sin fundamento este nuevo movimiento que tan importante ha sido para que la Tradición Martinista, en su más amplio sentido, pudiese pervivir hasta nuestros días, y de paso critica, utilizando sus propios símbolos y grados, a los masones escocistas que han perdido el verdadero sentido de la iniciación que proclaman.

De los Números, Louis-Claude de Saint-Martin

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Para Saint-Martin, "Los números son los envoltorios invisibles de los Seres, como los cuerpos son sus envoltorios sensibles. No podemos dudar que haya para todos los Seres un envoltorio invisible, porque todos tienen un principio y una forma, y este Principio y esta forma, estando en dos extremos, están a una distancia demasiado grande el uno de la otra para poder unirse y corresponderse sin intermediario. Por tanto, este lugar lo ocupa el envoltorio invisible o  número". (Cuadro Natural...)

De acuerdo a la tradición recibida y repercutida por Martinez de Pasqually: los números sólo son una simple marca donde estarían representados los seres. Pero a cada uno de ellos, Dios le ha dado una propiedad, y esta propiedad se manifiesta por el número. 

La Aritmosofía de Saint-Martin particulariza la línea martinezista ordenándola, según el genio propio de Saint-Martin, en la forma verbal y según un cristianismo más ortodoxo. 

La presente edición, traducción de la de 1913 de la Biblioteca Charconac (París), ha sido corregida y supervisada con la ayuda del texto editado por Robert Amadou en 1983 (Documentos Martinistas, Cariscript, París), aunque se mantiene el contenido y la estructura de la primera.  

Para facilitar el estudio y la comprensión de esta obra póstuma de Saint-Martin, consideramos de gran valor la lectura del “Pequeño Tratado de Aritmosofía”, escrito por Robert Amadou, que incluimos como anexo al final de la misma.

El Hombre de Deseo, Louis-Claude de Saint-Martin

ISBN: 84-9827-058-8
Precio: 20 Euros
300 Páginas
Editorial Manakel


“La Llave del Hombre de Deseo debe nacer del deseo del hombre”.

        Saint-Martín escribió este libro por sugestión del filósofo religioso Thiaman, durante sus viajes a Estrasburgo y a Londres.  Lavater, entonces clérigo en Zurique, elogió esta obra como uno de los libros que más le habían gustado, aunque reconociese no haber tenido condiciones de penetrar en las bases de la doctrina expuesta. Kircheberger, más familiar a los principios del libro, lo consideró como el más rico en pensamientos iluminados. El propio Saint-Martín estuvo de acuerdo en que en este libro se encuentran las semillas del conocimiento que ignoraba hasta la lectura de las obras de Jacob Böehme.
   El objetivo de su libro El Hombre de Deseo es mostrar que el hombre debe confiar en la Regeneración, llamando su atención hacia la necesidad del retorno al Mundo Divino de donde salió y al trabajo que deberá realizar para alcanzar ese objetivo, esto es, concentrando sus fuerzas por el deseo ardiente de perfeccionarse y volverse un hombre de voluntad fuerte.
    Se comprende así, que la enseñanza dejada por Saint-Martín, y que vino de Martínez de Pasqually y de Jacob Böehme, era muy profunda y de naturaleza divina. Se constituyó una Escuela de Hombres de Deseo, ávidos por adquirir conocimientos, una élite de pensamiento, envasada en un sistema filosófico iniciático, teniendo como objetivo el desarrollo moral y espiritual del hombre.  No es una Escuela de especulación abstracta, sino un centro donde los miembros procuran conocer la doctrina y la experiencia de los maestros y donde procuran llevarla a la vida diaria, para alcanzar la perfección interior, a través de un proceso de auto-transformación.
   Se incluye al principio de la Obra una Tabla Analítica del contenido diseñada por Robert Amadou, y al final, como anexo, un “Programa de Estudio para Logias Martinistas”, donde se detalla el abordaje de la Obra de Louis-Claude de Saint-Martin en los Tres Grados iniciáticos de las distintas Órdenes Martinistas Tradicionales.

Ecce Homo, Saint-Martin

    


Louis-Claude de Saint-Martin, que velará su identidad al mundo bajo el enigmático seudónimo de “Filósofo Desconocido”, es, sin lugar a dudas, la figura más entrañable y más sutil de esta corriente de pensamiento conocida bajo el nombre de “Iluminismo”. Toda su obra, profunda y penetrante, es una constante y permanente invitación al conocimiento de las cosas divinas, al descubrimiento de las leyes secretas de la vía del espíritu, a la contemplación de las verdades trascendentales que rigen los fenómenos visibles e invisibles. 

En esta obra, escrita en 1.792, Saint-Martin advierte de los peligros de buscar la excitación de las emociones de las experiencias mágicas de bajo nivel, las premoniciones, de los fenómenos que no pasan de ser expresiones de estados psico-físicos anormales del ser humano. Hace de esta forma una crítica a ciertos ambientes de la época donde reinaba la fascinación por la inducción hipnótica del floreciente mesmerismo y de ciertas prácticas espiritistas que fueron foco de atención para los amantes de lo oculto. Apela a una prudente reserva acerca de los prodigios y predicciones, precisando los principios fundamentales que presiden el destino del hombre sobre la tierra, y muestra, con gran fuerza de convicción, la miseria actual de las criaturas, siempre dejando entrever la esperanza de su posible rehabilitación.  

Reafirmando el estado particular que distingue al “menor espiritual”, Saint-Martin insiste siempre sobre este aspecto original de su doctrina, que se resume en esto: el hombre “es tan evidentemente un santo y sublime pensamiento de Dios, aunque no sea el pensamiento de Dios, su esencia es necesariamente indestructible; porque ¡cómo un pensamiento de Dios podría perecer!” (Ecce Homo II). La consecuencia directa de este origen divino se resume finalmente en pocas palabras de una importancia evidente y crucial, puesto que de su comprensión depende toda posibilidad de la obra espiritual futura: “si el hombre es un pensamiento del Dios de los seres, nosotros, sólo podemos leernos en Dios mismo, y comprendernos en su propio esplendor, puesto que un signo no nos puede ser conocido en tanto no hayamos subido hasta la especie de pensamiento del que es la prueba y la manifestación, y dado que nos mantenemos lejos de esta luz divina y creadora de la que debemos ser expresión en nuestras facultades, como lo somos en nuestra esencia, seríamos solamente una prueba insignificante, sin valor y sin carácter. Verdad preciosa que viene a demostrar aquí porqué el hombre es un ser tan oscuro y un problema tan complicado a ojos de la filosofía humana” (Ibid.). 



Instrucciones Cohen


Louis-Claude de Saint-Martin
Jean-Baptiste Willermoz

ISBN: 84-96079-87-2
Precio: 11,50 Euros
180 Páginas
Editorial Manakel


   Hacia 1.758 en Francia, un hombre enigmático aunque inspirado, de nombre Jaime Joaquin de la Torre de la Casa Martinez de Pasqually, daría inicio a lo que iba a constituir la Gran Obra de su vida: la fundación de la Orden de los Caballeros Masones Élus Cohen del Universo, de la que se proclamó su “Gran Soberano”. Esta Orden de “Sacerdotes Elegidos” desarrollaba un trabajo teúrgico importante, y se constituía como una continuación más allá de la masonería de su época. En realidad, para Martinez de Pasqually, esta era la Orden de los verdaderos Francmasones, considerando el resto de la masonería como apócrifa. Uno de sus discípulos, Vialetes d’Aignan, nos dice que “es una Orden que, teniendo por objetivo reintegrar al hombre con su Gloria Original, le conduce allí de la mano, enseñándole a conocerse, a considerar las relaciones que existen entre él y la naturaleza entera de la que debía ser el centro si no fuera porque se separó de este origen, y en fin, a reconocer al Ser Supremo del que ha emanado”.
    El Maestro Martinez dejó poco escrito, su sistema era eminentemente operativo. Louis-Claude de Saint-Martin, que estuvo a su lado como Secretario de la Orden, ayudó al Maestro en la recopilación de unas notas doctrinales para los Hermanos del último Grado denominado Réau-Croix. Así nos ha llegado hasta nuestros días el conocido “Tratado de la Reintegración de los Seres en su primera propiedad, virtud y poder espiritual divino”. No obstante, la doctrina de Martinez no era de fácil comprensión, incluso para sus émulos. Es por ello que a veces fue necesaria la colaboración de algunos de sus principales discípulos para arrojar más luz sobre las palabras del Maestro. De esta forma, Louis-Claude de Saint-Martin escribió las “Instrucciones a los hombres de Deseo”, intentando aclarar algunos puntos de la doctrina de la Reintegración. Jean-Baptiste Willermoz, que dedicó su vida a salvar y perpetuar la Obra del Maestro tras el Régimen Escocés Rectificado, también nos legó el manuscrito aquí presente sobre el Hombre-Dios, verdadero significado del término Réau-Croix de difícil traducción. Estos dos textos serán una ayuda imprescindible para aquellos estudiosos o Iniciados que quieran adentrarse en los misterios de la doctrina de la Reintegración de los Seres promulgada por Martinez de Pasqually.

Martinez de Pasqually, su doctrina y su Obra


   Martines de Pasqually (1710?-1774) fue y sigue siendo todo un enigma, a pesar de las indagaciones de historiadores como René Le Forestier (1858-1951), Gérad Van Rijnberk (1875-1953) o Robert Amadou (1924-2006). Este hombre misterioso se presentó en las Logias masónicas del sur de Francia hacia 1754, época en la que proliferaban todo tipo de altos grados masónicos en medio de una singular anarquía, dando a conocer así su misión: “Sólo soy un simple instrumento del  que Dios ha querido, indigno como soy, servirse, para recordar a los hombres, mis semejantes, su primer estado de masón, a fin de hacerles ver con certeza que ellos son realmente hombres-Dios, creados a imagen y semejanza de este ser todo-poderoso”.

   Martines se dice depositario de una doctrina y de un sistema teúrgico con los que pretende restaurar la masonería de su época a la que consideraba como apócrifa y de una autenticidad dudosa. Esta misión se plasmaría en su obra que no es otra que la fundación de la Orden de los Caballeros Masones Élus Cohens del Universo, constituyendo una sociedad iniciática mística, estructurada según un sistema teosófico muy particular, pues la mística de Martines no es una mera especulación, sino que conduce a una práctica. Esta práctica se apoya en una magia divina, una teúrgia (del griego theos, Dios, y ergon, obra: la obra de Dios), que se propone conducir al hombre, por purificaciones sucesivas, a entrar en comunicación con el mundo de los espíritus. En primer lugar con el ángel personal del iniciado, su “compañero fiel”, después con los espíritus de los mundos superiores (“agentes intermediarios” o ángeles fieles a Dios), para conducirle finalmente a tener la experiencia de lo que él nombra misteriosamente como “la Cosa”, el Innombrable, procurando la unión mística del operador con Dios a través del Cristo glorioso. Esta ascesis espiritual es acompañada en todo momento por una doctrina precisa, la de la “Reintegración de los seres en sus primeras propiedades, virtudes y potencias espirituales divinas”, título de su Tratado que constituía una instrucción reservada a sus discípulos más avanzados.

   A pesar del tiempo transcurrido y de los grandes obstáculos de continuidad, Martines de Pasqually y su obra, la Orden de los Élus Cohens, siguen siendo actualidad y suscitan el mayor interés en el ámbito iniciático. Prueba de ello es el Coloquio celebrado recientemente (18 y 19 de Septiembre de 2010) en Marsella por Serge Caillet con motivo de la celebración del tricentenario de Martines de Pasqually al que asistieron más de doscientas personas de varios países y una decena de ponentes especialistas en la materia.

   Martines se ha convertido en una figura fundamental del iluminismo, marcando para siempre el siglo XVIII y proyectando su influencia hasta nuestros días. Maestro espiritual de Louis-Claude de Saint-Martin y de Jean-Baptiste Willermoz, entre otros, su doctrina ha fecundado corrientes diversas dentro del mundo iniciático como el Régimen Escocés Rectificado y las diversas ramas de las Órdenes Martinistas modernas a través de la obra de Saint-Martin. A partir de 1.943, resurge también un movimiento neo-Cohen que intenta despertar el cuerpo, el alma y el espíritu de la obra del Maestro y que se mantiene muy activo.

  Desde el Grupo de Estudios Martinistas & Martinezistas de España (G.E.I.M.M.E.), hemos venido presentando en los Boletines Informativos diversos artículos sobre la historia de la Obra de Martines y su doctrina. En la presente obra hemos reunido lo publicado hasta la fecha, añadiendo otros documentos de interés, para facilitar al buscador (hombre de Deseo) un volumen que le abra la puerta al estudio y comprensión de este misterio vivo. Dada la escasa o nula bibliografía existente en idioma castellano, creemos que este esfuerzo será agradecido por todos los hispanohablantes, y esperamos en un futuro seguir ampliando nuestro fondo documental.

Regla de los Adeptos Rosa+Cruz, Sâr Amorifer



La presente obra no es un libro más sobre la historia de los movimientos rosicrucianos, pues consideramos que existe suficiente bibliografía al respecto publicada en castellano, además de las numerosas Órdenes y altos grados masónicos que utilizan el término Rosa+Cruz para denominarse o decorar sus símbolos y textos doctrinales.

Lo que presentamos aquí es una recopilación de los códigos morales y espirituales que preparan al buscador sincero para alcanzar la entrada del Templo Invisible de los Adeptos de la Rosa+Cruz. Esta entrada siempre estuvo, está y seguirá estando en el corazón de cada hombre, a pesar de que muchos la buscan en los lugares más recónditos y lejanos, en los libros más extraños y en las Órdenes más exóticas y selectas. En la mayoría de los casos, el buscador se empeña en una peregrinación tan larga y complicada como inútil, porque de nada sirven los mejores tesoros que pueda hallar si desde lo más interior de su ser no logra activarlos.

Invitamos al buscador a meditar seriamente en la guía que le ofrecemos, a hacer de sus preceptos una forma de vida, un anhelo vibrante que le transforme día a día, con la ayuda de la oración y una fe inquebrantable en el mensaje de Cristo.

Incluimos un conjunto de cartas inspiradoras y una alocución Martinista que nos dirige continuamente al verdadero centro donde el ser se encuentra con la presencia divina de Cristo para glorificar su existencia y hacerle recordar su origen, su misión presente y su destino eterno.